Esta ciudad polaca capital de la Baja Silesia, fue la última etapa de nuestro viaje. Llegamos por carretera desde Cracovia y a pesar de la nieve, la autopista estaba limpia y en apenas tres horas conocíamos Wroclaw. Esta ciudad, la tercera de Polonia en cuanto a número de habitantes, está surcada de canales procedentes del río Oder y tiene un casco antiguo digno de ver. Monumentos como la Catedral de S. Juan Bautista o la Universidad, o la Isla donde se formó en el S.IX la ciudad, forman parte del recorrido inevitable del visitante que terminará en la Plaza Mayor.
El tranvía aquí forma parte del entramado urbano hasta en las calles mas estrechas con 84 kilómetros de vía. El primer tranvía fue inaugurado en 1.833 y era de tracción animal. Se electrificó a partir de 1.893. En la actualidad tiene un parque compuesto por 406 tranvías que van desde los articulados M6B a los M6C y los M6E diseñados por Porche y fabricados por Skoda. Además conservan 35 coches históricos que también circulan. Las cocheras son un auténtico museo aunque no tuvimos ocasión de visitarlas.
Aquí concluyó nuestro viaje de Diciembre 2.010, que ha quedado reducido a seis unidades. Rafita y Yolanda, Antonio y Mariángeles y Tere y yo. Todos auténticos tranviarios con carné internacional.
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